martes, 24 de marzo de 2009

Secretos sierra adentro

Fiesta de Tradición y Jabalí en Aiguá

Viñeta
Fiesta de Tradición y Jabalí en Aiguá
Último fin de semana de setiembre
Aiguá, Maldonado

Tipo de fiesta
De la producción



Ficha
Organiza Comisión del Pueblo y Junta Local de Aiguá
Antigüedad Desde 2006
Público estimado Cinco mil personas
A beneficio de instituciones sociales locales
Programa general Durante tres días los habitantes de Aiguá celebran la Fiesta del Jabalí con una cacería, espectáculos artísticos y una feria artesanal.


Secretos sierra adentro


El último sábado de setiembre Aiguá despierta sin prisa. La noche del viernes fue larga y generosa en propuestas. Hubo recepción de la marcha de jinetes que llegaron desde Maldonado y San Carlos, concurso de guasquería, fogones, payadas, peñas, orquestas del Chuí, recitales y concurso de canto popular. Los más jóvenes siguieron el primer día de festejos con un baile en el Club Unión y Progreso. Alrededor de las nueve de la mañana del sábado, el frío todavía se siente en el predio La Fomento, ubicación. Boinas, alpargatas y algunas camperas camufladas distinguen a los cazadores de jabalíes que, poco a poco, van llegando en camionetas o jeeps todo terreno, especialmente acondicionados para la travesía. Previo pasaje por el quiosco dispuesto por la Junta Local de Aiguá para ultimar detalles de la inscripción, los equipos están prontos para dar comienzo al plato fuerte de esta tradicional fiesta de Aiguá, la caza del jabalí.
A las 10 de la mañana más de 40 equipos, la mayoría del este del país pero también argentinos y brasileños, encienden motores y largan con sus estandartes y carteles identificatorios a cuestas. Lugareños y visitantes despiden a NOMBRES DE ALGUNOS EQUIPOS entre otros tantos grupos que desaparecerán por la ruta, acompañados de sus inseparables perros de caza y dispuestos a internarse durante más de 24 horas en las sierras, hábitat predilecto del jabalí. Expertos en el arte de cazar esta especie, los habitantes de Aiguá eligen los meses de mayo a setiembre para ir detrás del animal que es considerado plaga nacional y una gran amenaza para las majadas de ovejas (ver recuadros Los jabalíes y Plaga nacional), evitando así las altas temperaturas que aumentan las picaduras de víboras y dificultan la tarea.
En tanto los equipos se pierden en las sierras, en el local de La Fomento la fiesta continúa. Alrededor de las 11 de la mañana, el olor de la carne a las brasas ya se cuela entre los árboles del parque a medida que la gente se va arrimando entusiasmada, dispuesta a colaborar con escuelas y liceos de la zona, la Banda Popular, la Liga de Fúbol, la Sociedad Rural Charino Milans, la Sociedad Nativista Valle del Aiguá, el Club Unión, la Comisaría y los Bomberos, entre otras instituciones locales. Exhibiciones de fierros viejos del Moto Club Maldonado Uruguay, muestras de parapente motorizado de la Asociación de Vuelo Libre del Uruguay, demostraciones de manejo de rodeo con perros, concurso de pial y jineteada de terneros son sólo algunas de las actividades que irán amenizando la espera en tanto esté pronto el almuerzo.

Al mediodía el público va eligiendo donde sentarse para disfrutar de un tradicional asado con cuero o de tira, unos chorizos caseros, pollos, buseca o bien, unos ricos medallones de jabalí, que junto a los frascos de escabeche en conserva son dos de las especialidades elaboradas en base al protagonista de la fiesta que se fueron incorporando a la propuesta gastronómica (ver recuadro Jabalí a la mesa).

Con la tarde llegan las criollas. Tras el concurso de montas, en pelo y basto, comienzan los espectáculos. Mientras las familias pasean por la feria de artesanías o los niños se divierten en los juegos infantiles, el escenario recibe a artistas del canto popular así como a diversas orquestas que llegan desde Rocha, Lavalleja, Treinta y Tres y Montevideo.

El domingo la fiesta comienza a media mañana. En tanto espera el retorno de los cazadores, el público se entretiene con carreras de galgos, competencias de 4X4, exhibición de autos de rally y cachilas, concurso de hacheros y pulseadas.

A media tarde los equipos hacen su entrada triunfal al predio con sus presas como si fueran mascarones de proa desplegadas sobre el capó o el techo de la camioneta. Un experto jurado, formado por veterinarios y especialistas en este tipo de caza, examina cada uno del centenar de jabalíes que llegan y verifica que se haya cazado de forma legal, que no se lo haya encerrado o traído ya congelado. Una vez que la pieza pasó el primer examen, es turno de pesarla y evaluarla tomando como referencia una de las tres categorías de kilaje establecidas por el jurado. Los jabalíes que más se aproximen al peso correspondiente a su categoría, resultarán los ganadores. Tras la entrega de premios, será la hora del merecido festejo. Cazadores, visitantes y lugareños se mezclarán en bailes al pie del estrado, con las reses de aquellos salvajes jabalíes, hoy pasivos, formando un telón de fondo a un costado del escenario.
Martina Perez

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